jueves, 22 de septiembre de 2011

Edificación & Rehabilitación.


     Malos tiempos para la construcción. La edificación de obra nueva no remonta, como tampoco lo hace la obra civil, en situaciones como la actual, se imponen soluciones que aunque no son nuevas, adquieren ante la actual perspectiva nueva fuerza.
      Una de estas, es la rehabilitación.
     Y digo que no es nueva, por que siempre ha estado ahí, si bien era un plato menor de la edificación, motivos, resultan por lo general construcciones más complejas, difíciles de conducir y sobre todo daban menos dinero frente a la obra nueva, desbordante de pujanza en tiempos recientes, esperemos que futuros.
     La rehabilitación no obstante, no es una mala opción, ofreciendo una salida a la disminución de obra nueva.
     Económicamente, aunque ha menor escala, puede ser tan rentable como su juvenil compañera.
El campo de actuación es enorme, viviendas unifamiliares a ampliar, cascos antiguos de ciudades, grupos de viviendas obsoletas.
     La economía familiar no es boyante, pero siempre es más asequible una reforma de la vivienda habitual, consiguiendo su readaptación y continuando su uso, que emprender la empresa de la compra de una nueva vivienda.
     En el caso de la administración y tratándose de emplear el dinero en nueva construcción olvidémonos, no obstante, el mantenimiento de lo existente, a veces olvidado, aunque muy resentido, sigue vivo.
     Podemos ver la rehabilitación como un reto a la creatividad y a las soluciones ingenieriles, ya que aquí, no partimos de un solar virgen, estamos constreñidos por muchos elementos, lo cual nos obliga a adaptarnos y agudizar el ingenio para lograr un resultado monetariamente rentable a la par que armonioso, eficiente, y sería deseable, novedoso y estéticamente reconfortante para su destinatario.
     Ello es posible, el agradecimiento a la obra, por parte de su creador, por la satisfacción personal aportada, ¿sera menor que si hubiera sido nueva?.
     Me inclino a pensar todo lo contrarío.

Aljez.

     Denostado, arrinconado e incluso perseguido aljez. Hermoso, diverso y exuberante.
El aljez, piedra de yeso, yeso crudo o yeso natural, es un mineral compuesto de sulfato de calcio hidratado, es una roca sedimentaria de origen químico. Es un mineral muy común en el valle del Ebro central y puede formar rocas sedimentarias mono minerales.
     Aljez proviene del árabe hispánico alǧiṣṣ. En Aragón, se denominan "aljezares" las zonas donde aparece este mineral, que es muy abundante. "Aljecero" o yesero es la persona que fabrica o vende yeso. 
     Estos aljeceros fueron muy abundantes en tiempos anteriores, hoy sustituidos completamente por medios de producción industriales, y su producto material de construcción fundamental de los alarifes mudejares, los cuales eran primorosos elaboradores.


     Heredero de aquel material es el yeso, material de textura más suave, debida a su elaboración, pero de base común, el cual es utilizado en el lavado de interiores, uso de gran tradición.
     Pero el aljez era más, utilizado como material constructivo tanto en argamasa como puro para trabazón de elementos, fundamentalmente ladrillo, pero también como elemento estructural, constituyendo un único homogéneo bloque estructural, soporte de toda la estructura.
      He iba más lejos, su súmmum alcanzaba plenitud como elemento decorativo, así era utilizado en las torres mudéjares  como elemento decorativo exterior cubriendo los vanos entre arcadas de ladrillo, e incluso lavando todo el monumento, blanqueandolo y a veces sirviendo de soporte para su pintado, (aunque de costosa comprensión hoy en día,  resulta entendible si pensamos que en la cultura árabe, solo dios es eterno, su uso por ello,  estaba justificado), no obstante, debido al mantenimiento periódico que se realizaba de las torres, se lograba hacerlas perdurables.
     Con todo, su uso más extendido era interior, lavando las paredes que posteriormente eran pintadas y formando exuberantes decoraciones, realizadas tallando y pintando el aljez. 
     Fue utilizado en diversas épocas y estilos: arte árabe, mudéjar, barroco, neoclasicismo, modernismo.



     Pero he aquí que estamos en la actualidad, es declarado enemigo publico, realizando "restauraciones" donde se eliminan las perviviencias que subsisten de este como elemento decorativo exterior, (torre de Ateca, si bien en contra del arquitecto encargado de su restauración), repicado de las paredes donde siempre había estado presente, desde luego si ya no existe integro, nos olvidamos de su empleo, e incluso en el mayor de los despropósitos,  repicandolo en obras barrocas, donde la ornamentación con aljez es base fundamental. (Convento de concepcionistas de Miedes).

     Aunque siempre en la tormenta aparece un rayo de luz, aleluya, en algunas intervenciones recientes, es respetado, (Torre de Belmonte de Gracian o Iglesia de Stas, Justa y Rufina, Maluenda), lo cual es esperanzador, máxime si pensamos que algunos sacrilegios cometidos son enmendables en futuras restauraciones.
     Quiero unir a esta esperanza, la propia, de que este articulo contribuya a la concienciación de la importancia de mi querido y cálido aljez.